La chica del lago (Steph Bowe)

En el momento más oscuro de su vida, Sacha Thomas conoce a la solitaria y excepcional Jewel Valentine.

¿Y si el destino te deparase sorpresas inesperadas, incluso cuando lo das todo por perdido? ¿Y si pudieras coger aire y volver a empezar?

Muy pronto, unidos por un vínculo mágico e indestructible, Sasha y Jewel lograrán enterrar su pasado y, junto a dos amigos extravagantes y un montón de enanitos secuestrados, vivirán una aventura alocada y liberadora.

No les queda mucho tiempo, pero ahora lo único que importa es que están juntos...

Reseña:

Han sido tan buenas todas las reseñas que he leído de este novela que no he podido evitar comprármelo y con esa portada y título, no han podido hacer otra osa que embelesarme.


La chica del lago es fundamentalmente una historia de amor, entre dos jóvenes que no sucede como en otras novelas. Ninguno es el más guapo, más querido o más popular del mundo, ninguno llama la atención a los demás. Son, por así decirlo y como se menciona varias veces en la historia, bichos raros. 

Jewel es una muchacha que se separó de su familia tras la muerte de su hermano, ella se autoinculpa, su padre decide marcharse y su madre estar sola, de modo que la muchacha permanece durante 10 años con sus abuelos hasta que estos mueren y debe regresar con su madre, apenas una desconocida.


Por otra parte, Sacha es un chico que carga con la muerte de su madre a sus espaldas, una leucemia que parece superada y un padre homosexual.


Su historia comienza cuando Jewel rememora la prematura muerte de su hermano al encontrarse con Sacha ahogándose en medio del lago y decidir salvarle.


La relación entre ellos surge rápidamente, muy fácil para mi gusto, pero todo sucede tan rápido en esta novela cómo para pensar en eso. Crea un romance muy tierno entre dos jóvenes que parecen no pertenecer al mundo del resto. 


No voy a negarlo, es un dramón de los grandes, marcado por todos los problemas de ambos. Sin embargo, la autora le da un toque de humor a los pensamientos de los dos jóvenes (narradores cada uno en capítulos intercalados), normalmente bastante negro y muy sádico pero en otras más divertido e irónico, que te hace muy amena la lectura, a la par que adictiva. Esto fue lo que más me gustó de la novela, la visión sarcástica del mundo de dos personitas que no parecen dejar de sufrir.

Su segundo temor era que me suicidara. Me preguntaron varias veces si sentía "impulsos" [...], lo que, traducido literalmente, significa: "¿Escribes poesía emo, Jewel?", "¿Has intentado cortarte las muñecas, Jewel?", "¿Has pensado en provocarte una sobredosis con la medicación de tu abuelo para la artritis, Jewel?"-
Yo no contestaba. Puede que necesitara llamar la atención, no lo sé, pero no pensaba suicidarme. Eso habría destrozado a mis abuelos, habría llevado a mi madre al límite (y quizá a provocar una matanza por su cuenta) y, además, aún albergaba la esperanza de tener un futuro como vagabunda en Londres o Nueva York.

Me han encantado las rarezas de todos los personajes y todos los detalles mínimos que se cuelan entre las páginas. ¿Quién encuentra a alguien que dedique su tiempo a robar nomos de jardín? ¿O que lo que más le guste sean las primeras y últimas frases que escucha de las personas? 

Las primera palabras de Rachel fueron: "Lo siento, he pillado un tráfico terrible. Un coche ha volcado en la autopista. Horrible" [...]
Las primeras palabras de mi psicóloga fueron: "Cuidado con esa caca de pájaro" [...]
Las primeras palabras del chico del lago aquella noche fueron: "¿Qué?"
Pero le disculpé, pensando que probablemente era un chico elocuente, divertido y listo cuando no estaba ahogándose y a punto de perder el sentido.

Estas pequeñas cosas son unas de tantas que han caracterizado a Jewel y Sacha y las que los hacen tan entretenidos. Los personajes secundarios me han parecido bastante sosos sin embargo y, aunque se traten las relaciones de ambos y se les conozca un poco más, resulta obvio que la mayor importancia la tienen estos dos.


Lo que menos me ha gustado de esta historia ha sido el final, muy rápido y precipitado, tanto que esperaba encontrarme con un capítulo que cerrara todo completamente (y me aclarase cómo acaban las cosas) y me topé con los agradecimientos. Aunque esto conserva la intriga y te deja con el buen sabor de boca de "todo está bien por ahora", sigo pensando que me faltaba algo, fuera final triste o feliz.


Por otra parte tengo que destacar dos cosas que me han llamado la atención. La primera es lo poco que me gusta la portada y título original comparado con el que tenemos en España (que ya os he dicho, me parecen perfectos). La segunda, la juventud de su autora, de actualmente 17 años, y que haya conseguido publicar ya una historia como esta. En fin... BRAVO. 


Finalmente: La es muy amena, se lee en un suspiro y resulta bastante entretenida, con una prosa cargada de sarcasmo. Los personajes principales están muy bien caracterizados y el argumento es original (aunque me parece que hay demasiado drama en él). El final resulta precipitado. 
¿Resumirla en una frase?: 

La chica del lago es una de esas historias tristes que le arrancan a uno una sonrisa.

La autora:

Joven blogger y escritora australiana, Steph Bowe es una apasionada de la literatura y su trabajo literario dedicado a jóvenes adultos ha sido destacado en festivales como el Escritores de Brisbane, el Nacional de Escritores Jóvenes y el de Escritores Emergentes.
Bowe logró un gran éxito con su primera novela, La chica del lago, que tuvo una excelente acogida tanto en Australia como en Nueva Zelanda.

Datos:

Título: La chica del lago
Autora: Steph Bowe
Editorial: Montena (Ellas)
Precio: 15,95€
Páginas: 288
Puntuación: 4/5 Bueno

Otros:

• Lee el primer capítulo de La chica del lago.