El nombre del viento

He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebon. He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos. 

Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí

Hay libros que lees una vez, te gustan y se acabó. Otros ni si quiera te merecen la pena terminarlos. Este es uno de los que la segunda lectura supera a la primera.


Como ya sabéis, con motivo de la publicación de El temor de un hombre sabio en noviembre, he decido releerme su primera parte, y he quedado más que satisfecha por ella. No sé si es por el tiempo que ha pasado desde su primera lectura, o que tal vez no presté suficiente atención a ella, pero me ha gustado incluso más que la primera vez que lo leí.


El nombre del viento cuenta la historia de Kvothe, un hombre escondido del mundo que un día decide narrar los acontecimientos de su vida por los cuales logró su fama. De este modo, durante tres días irá contando todo lo sucedido desde su infancia. Por ello, la trilogía The Kingkiller (El asesino de reyes), ocupará el relato de toda la vida de Kvothe.


En estas primeras 870 páginas tan sólo se cuentan algunos de los episodios de su historia, desde que fue un niño que soñó con conocer el nombre del viento, para que este le obedeciera, hasta su adolescencia. ¿Poco tiempo? Tal vez. Pero, según afirma el protagonista, "eso me convirtió en lo que soy ahora".


A pesar del respeto que pueda infundir tal volumen, la historia se vuelve cada vez más absorbente y amena, que casi no te das cuenta cuando has terminado de leertelo, claro que también puede tener alguna que otra parte más cansada y aburrida. En ese caso, sólo he encontrado esto una vez, que se hace muy lento por el tipo de lenguaje, y es cuando Kvothe habla con el porquero.


El final queda muy abierto, pues como ya os he dicho, es la historia de una vida y la búsqueda de un gran secreto, dividido en tres partes y sin un principio ni fin muy marcado. Quienes lo hayan leído, sabrán que te quedas con ganas de más y, a quienes no, les recomiendo hacerlo antes de que llegue  nuestra librerías la segunda parte.


Hay que destacar, además, el gran uso del lenguaje del autor, con unas descripciones muy concisas y perfectamente imaginables. Busca siempre la manera de describir cualquier sentimiento, comparándolo con lo más parecido y normalmente, y ya que está narrado por su protagonista, intoduciéndolo con algo parecido a un "si no lo habéis vivido, no podéis comprenderlo" y sin dar nunca por hecho que los lectores sepan interpretar algo. En la historia no hay un dragón, sino un gran animal perfectamente descrito que nos evoca esa imagen en mente, sin margen de dudas. En ningún momento se oye un rugido,  sino algo similar a...


Por último, aunque se podrían decir un millón de cosas más, el gran mundo que Patrick Rothfuss a creado para que sus personajes lo habiten "Los cuatro rincones de la civilización", con sus ciudades, sus castas, culturas, costumbres y monedas, en el que rápidamente te ves introducido, sin necesidad de esfuerzo. En la historia, se comprueba como cada clase social es tratada en cada lugar, a base de las vivencias del mismo Kvothe cuando es aún tan sólo un muchacho.


Una lectura entretenida, que se disfruta de principio a fin, y que cualquier amante de la literatura fantástica querrá tener en su estantería.


Por todo esto, a pesar de cualquier nimio error que haya podido comentar, El nombre del viento no merece tan solo la máxima nota, sino que va más allá. Le concedo un 6/5.


Título: El nombre del viento.
Autor: Patrick Rothfuss.
Editorial: Plaza & Janés.
Precio: 22'90 €
Páginas: 872
Puntuación: 6/5